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MAXIMALISMO VS. MINIMALISMO

Para quienes se ocupan de la decoración de la casa, seguro han escuchado hablar del Minimalismo, así se suele calificar a la optimización y reordenamiento de los objetos que entendemos que están demás en la casa. Pero cuando parecía que el método Mery Kondo nos ayudaba a afianzar dicha forma de decorar y gozar de nuestro hogar solo con lo necesario apareció una nueva tendencia que, por el contrario, pregona la utilización en demasía de adornos y artículos para embellecer y realzar los distintos espacios de la casa denominado Maximalismo. Ustedes, ¿con cuál se sienten identificados?


El Minimalismo busca pureza absoluta en sus formas, armonía y sencillez. Se expande en los años 90 buscando la mayor simplicidad en la utilización de elementos que se

reducen al mínimo posible. La principal característica del Minimalismo es el uso de colores neutros como el blanco en la mayoría de sus elementos, extrema simplicidad de formas que denotan pureza y espacios despejados. Del igual modo, busca resaltar elegancia y vanguardia. En la ambientación minimalista se utiliza la madera, tanto en pisos como en muebles, y materiales como vidrio, acero, y piedras.


El Maximalismo, en cambio, es una corriente que surge a finales del siglo XX y principios del XXI en la que “más es más”. Se trata de exaltar la decoración con un estilo innovador, se aprecia movimiento en espacios. Además busca la armonía entre lo

clásico y lo moderno, lo oriental con lo occidental, busca fusiones de diferentes estilos como Barroco – Edad Media. También esta mezcla permanente de estilos, plantea la exaltación a la decoración, busca mayor expresión, llega a la exageración y no a la uniformidad. En cuanto a la ambientación maximalista, utiliza muebles elaborados con madera, tela con mucho estampado y textura como el terciopelo, cojines, floreros, candelabros y demás accesorios que brinden alegría, color y movimiento a los objetos neutros.

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